Para esta oportunidad, tenemos invitada especial, una fanática de la repostería que hace los cup cakes más originales y las Galletitas de Jengibres mas ricas que probé en la vida, sus palabras a continuación, con ustedes: Michelle Wdowiak.
Seguramente si estás leyendo esto es porque te gusta la cocina, o más específicamente la repostería. En ese caso me pregunto si, como hago yo, vas tachando fechas especiales en el calendario para preparar cosas innovadoras, acorde a la ocasión. Así, llegamos a diciembre y no puedo evitar pensar en una sola cosa: Navidad. Y es que por mucho es mi una de mis festividades favoritas; llena de luces, adornos, reuniones familiares y… postres, si ¡postres!
Por eso, cuando Carito me ofreció escribir
algo para su blog, estas pequeñas obras de arte comestibles fue en lo primero
que pensé: las galletitas de jengibre. Además del gran cariño que les tengo por
ser uno de los primeros postres que me animé a cocinar (allá por los 11 años,
después de haber visto Shrek y al
amoroso Jengi con sus botones de
gomita), puedo decir que son una verdadera explosión de sabor. Las personas
usualmente me preguntan qué les puse y es que, el picor del jengibre, el sabor
de la canela y el dulzor de la miel realmente les otorgan un gusto muy
característico y distintivo.
Si bien hoy
conseguimos estos ingredientes en casi cualquier lugar, no siempre fue así. El
jengibre es originario de China y fue
llevado a Europa a través de la ruta de la seda y de las cruzadas. Al venir de
tan lejos y ser tan escaso, era considerado una comida de la realeza y de la
alta sociedad. Así, los primeros
antecedentes de estas galletitas tan simpáticas se dieron en los monasterios,
donde los monjes hacían pan de jengibre y otras especias.
Posteriormente, con el
correr de los años, las mismas se fueron transformando en galletas hechas con
moldes de madera. Dicen que el molde más antiguo del mundo se encuentra en el
Museo Nacional Suizo, en Zúrich, así que si viajan a Europa próximamente, ya
saben ;)
¿Y los hombrecitos de
jengibre? ¿Por qué esta forma tan peculiar? Hay muchas versiones diferentes,
pero la más conocida, y la que más me gusta, dice que la reina de Inglaterra, Isabel I, fue
quien les dio popularidad al encargárselas a sus cocineros para los invitados.
La idea era que luzcan como los miembros de la corte. O como ella misma, dicen
algunos…
Con el pasar del tiempo, estas galletas se
extendieron por toda Europa, adoptando diversas formas y colores. Dicen que las
primeras casas de jengibre fueron hechas en Alemania durante el siglo XVI para
las navidades y hoy son una costumbre muy arraigada allí. Comentario al margen:
tómense el tiempo de buscarlas en internet ¡Son hermosas! Casi un crimen
comérselas.
Sin embargo, uno de
los hechos que las hizo mundialmente famosas fue las haber sido tomadas por los
hermanos Grimm en su clásico cuento “Hansel y Gretel”. Y es
qué ¿quién no ha escuchado alguna vez ese hermoso cuento para niños y no soñó
con encontrase con la casita de jengibre y caramelos?
Es así como hoy en día
las galletas de jengibre se han convertido en un símbolo de la Navidad y una
actividad muy divertida para realizar en familias, ¡Además de ser deliciosas y aromáticas!
Si bien probé muchas
versiones, acá les dejo mi favorita, una que me pasó mi tia hace un tiempo
atrás ¡Es súper fácil de hacer!
Ingredientes:
Galletitas - (Para aproximadamente 40 galletitas medianas)
½ taza de azúcar
½ taza de miel
100g de manteca (a temperatura ambiente)
1 huevo
2 cucharaditas de jengibre molido
1 cucharadita de canela
½ cucharadita de nuez moscada
Glasé
6 cucharaditas de merengue en polvo
80 mm de agua
Colorantes vegetales a elección
Preparación:
En primer lugar,
batimos el azúcar con la manteca hasta que quede una crema suave. Luego
agregamos el huevo y la miel y mezclamos bien.
Incorporamos la harina
previamente tamizada junto con los demás secos. Mezclamos todo hasta obtener
una masa firme, al principio puede ser un poco pegajosa, se puede agregar más
harina de ser necesario, aunque no demasiada para evitar que se queden duras
las galletitas.
Una vez lista la masa,
la estiramos por partes sobre una mesada
enharinada hasta obtener una lámina fina. Luego la cortamos en
diferentes formas y la ponemos sobre una bandeja de horno enmantecada y
enharinada. Aquí es importante que todas las galletitas de una misma bandeja
tengan tamaños similares, así el tiempo de cocción será el mismo.
Precalentamos el horno
a 160° y horneamos las galletitas por 10 0 15 minutos, hasta que estén
doraditas. Hay que estar atentos ya que se queman rápidamente.
Una vez horneadas, las
sacamos del horno y las dejamos enfriar unos diez minutos en la bandeja. Pasado
este tiempo, yo suelo sacarlas y ponerlas sobre una rejilla hasta que se
enfríen totalmente.
Mientras tanto,
preparamos el glasé. Para ello, mezclamos el azúcar impalpable y el polvo de merengue en un boul. Luego
agregamos el agua poco a poco y vamos integrando con la batidora, al principio
será un pegote pero luego de unos 6 o 7 minutos de batido irá adquiriendo cremosidad.
Si se necesita un glasé más líquido, hay que agregarle agua de a poquito, con
una cucharita de té mientras se bate.
Una vez listo, hay que
dividirlo en tantas partes como colores se quieran preparar. Agregamos
colorante vegetal y mezclamos bien. Luego colocamos el glasé en magas de
plástico y decoramos las galletas.
En este caso, yo hice Estrellas Federales, la flor típica de
Navidad. Para ello necesitás un pico de repostería para hacer hojas. En caso de
no tenerlo, como yo, podés cortar la punta de la manga en forma de flecha y
¡Listo, a decorar!
Espero les haya gustado el post de hoy. Gracias Michelle por participar y enseñarnos esta receta fantástica! Yo la preparo seguro!!!